Una propuesta que no se consideró
Sin embargo, luego todo fueron reproches
Cualquier actividad que se precie de ser educativa, dentro del ámbito escolar, debe implicar a toda la comunidad: profesores, padres y alumnos. Mucho más en una escuela de padres. Sin embargo, la falta de colaboración es más frecuente de lo deseable
Después de haber encomendado la escuela de padres, durante el primer curso, a un gabinete de orientación familiar la experiencia no fue muy positiva. La razón fundamental fue que la orientación psicopedagógica y fundamentación filosófica que recorrían las sesiones no era la que se pretendía. Por este motivo me vi obligado a asumir personalmente la dirección de la escuela de padres del colegio. Pensé que lo más conveniente sería proponer una programación del curso a todos los órganos de la comunidad educativa: equipo directivo, asociación de padres, claustro de profesores y consejo escolar del colegio. Distribuimos las copias de la citada programación con antelación suficiente para que pudieran, al menos, ser leídas.
A lo largo del curso fui objeto de censuras reiteradas por parte de la junta directiva de la asociación de padres sobre cuestiones que estaban previamente escritas en el programa y que podrían haber modificadoNo dejaba de sorprenderme que se aproximara el momento de comenzar la actividad, al inicio de curso en el mes octubre, y nadie hiciera aportación alguna; tampoco consideraciones, ni a favor ni en contra. Deduje que todos estaban excesivamente ocupados y que, en un vistazo rápido del programa, todo les había parecido correcto.
No obstante, a lo largo del curso fui objeto de censuras reiteradas por parte de la junta directiva de la asociación de padres sobre cuestiones que estaban escritas en aquella propuesta de programa. Propuesta que se convirtió finalmente en programación definitiva. El hecho no deja de ser anecdótico, pero esta falta de colaboración es muy significativa y se trataba de la primera vez que padecía ese aislamiento con el que se suele funcionar entre los distintos miembros de la comunidad educativa y que luego percibiría con mucha frecuencia.