Mis amigos
Ricardo, Ramiro, Enrique y Javier


Todos ellos apoyaban activamente la candidatura con la que rivalicé para la presidencia nacional de CONCAPA; por lo tanto, ninguno de los cuatro me votó en las elecciones. Sin embargo, fueron los más fieles colaboradores en mi gestión. De Ricardo destacaría la honradez y la prudencia. De Ramiro su capacidad crítica y su disposición permanente al trabajo, sin importarle los esfuerzos que tuviera que hacer.


Enrique es la nobleza y la lealtad llevada hasta sus últimas consecuencias. Y Javier es una persona extraordinariamente humana y cordial. Para mi fueron un alivio en la gran soledad que supuso ejercer la presidencia de CONCAPA.