Es frecuente, en la actualidad, viajar fuera del propio país; bien sea por turismo, razones profesionales o cualesquiera otras. Al hacerlo, somos conscientes de traspasar las barreras que, de alguna forma, nos protegen, nos preservan de posibles agravios respecto a quienes consideramos como más semejantes a nosotros mismos.

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El sistema autonómico, una lacra para el ciudadano

Esas barreras que traspasamos al salir de nuestro país nos proporcionan seguridad, estabilidad y una protección de los vínculos que nos hacen más fuertes e invulnerables. En otros países es distinta la legislación, el sistema sanitario, el educativo, el penitenciario,… Nos resulta más complicado entendernos porque se habla un idioma diferente. Y si el idioma es el mismo; las costumbres, las tradiciones, la gastronomía, en una palabra, la cultura nos distingue haciendo a veces muy difícil habituarnos a un entorno que no nos es propio. Por eso, todos anhelamos tarde o temprano el regreso a lo que consideramos nuestra tierra, la tierra de nuestros padres, nuestra Patria.

Hasta hace algunos años, los españoles podíamos movernos por las distintas regiones de nuestro país sin tener esa sensación de “traspasar barreras” a la que se aludía. Sí, cada ciudad, cada pueblo, cada región, siempre ha poseído una idiosincrasia propia. Incluso, a veces, un idioma propio. Tal y como ocurre en todos los países del mundo. Pero trabajar dentro de España, aunque en una región diferente a aquella en la que nacimos, crecimos y nos educamos no suponía un inconveniente. Ni siquiera un esfuerzo.

La nueva división administrativa del país, surgida con la Constitución del 78, ha supuesto un caballo de Troya para los ciudadanos. Se planteó la autonomía -es decir, “el ir por libre”- para unas supuestas comunidades históricas cuya única justificación era que en ellas se hablaba, además del español, un idioma distinto. Fuimos ajenos o ignorantes de que la diversidad de idiomas dentro de un mismo país es habitual. Ciertamente en estas regiones, hoy comunidades autónomas, se ha ido construyendo un relato que nada tiene que ver con la realidad histórica. En realidad, no se trata más que de un anhelo romántico surgido en el siglo XIX, en paralelo a la eclosión de los nacionalismos racistas, y que ha explosionado realmente en el XX. La realidad es que la historia secular de estas regiones ha estado siempre unida a la del resto de la Hispania romana, por citar una referencia temporal. Y, si aquellas autonomías iban a disfrutar de privilegios por ser supuestamente históricas, todas las demás regiones quisieron subirse al mismo carro autonómico que ellas.

El sistema autonómico, una lacra para el ciudadano
Se omite la historia y la geografía del país para centrarse en lo más propio de la comunidad y, si no hay mucho contenido, se inventa o se estira desproporcionadamente

Pero aquel caballo de Troya ha ido supurando abusos, agravios, despotismo, excesos, deslealtades, e injustas diferencias, en fin, entre unos españoles y otros. La vida nos la han complicado cuando nos vemos obligados a vivir por temporadas en una comunidad distinta a la de origen. Mucho más si nos referimos a personas ancianas o a niños menores. El sistema de salud pública es distinto en cada una de las comunidades autónomas. La atención médica de los especialistas se hace difícil, si no imposible. Conozco el caso cercano de no haber querido poner la primera vacuna de COVID a una persona de 85 años por no residir en ese momento en la comunidad donde estaba empadronada. La extracción de medicamentos en una farmacia que se encuentre fuera de tu comunidad puede convertirse en una odisea difícil de superar.

El sistema educativo es diferente en cada una de las comunidades autónomas. Cada una establece los contenidos que se han de aprender. Se omite la historia y la geografía del país para centrarse en lo más propio de la comunidad; y si no hay mucho contenido, se inventa o se estira desproporcionadamente para inculcar apego a lo regional y desinterés, cuanto menos, por lo español. Si existe un idioma local se potencia a toda costa, llegando a la imposición, al tiempo que se menosprecia el español hasta llegar paulatinamente a la prohibición.

Ni se estudia lo mismo ni los exámenes son equiparables. La prueba que antes era conocida como “selectividad” y que posteriormente se denominó PAU es distinta en las diferentes comunidades autónomas. Ni siquiera el nombre coincide en todas ellas. En unas se le llama EBAU (Evaluación de Bachillerato para el Acceso a la Universidad) y en otras EvAU (Evaluación para el Acceso a la Universidad). Diferencias absurdas que pretenden distanciarnos a unos españoles de otros y que nos confunden y complican a todos. Tampoco la prueba de acceso a los ciclos formativos de grado superior es la misma en unas comunidades u otras. Cada comunidad determina las asignaturas, los temarios y los criterios de evaluación de las pruebas. Solamente hablando de la parte común del examen, en Andalucía examinan de matemáticas, lengua castellana y lengua extranjera. En la Comunidad Valenciana se puede elegir entre Lengua y Literatura Valenciana o Castellana. En Madrid hay tres versiones de examen; en la de Humanidades y Ciencias Sociales se debe elegir entre Matemáticas o Historia de España (si se te dan mal las matemáticas, puedes probar con la historia, a ver si hay suerte). En Asturias solo hay una versión de examen; pero también aquí, si tienes problemas con las matemáticas (nunca mejor dicho), no pasa nada, te examinas de historia. Eso sí, seguramente será sobre la historia de Asturias. ¿Y en Cataluña? Pues en Cataluña, sí o sí, hay que examinarse de catalán. Cualquier estudiante ajeno a esa región, que aterrice coyunturalmente por allí, se verá obligado a buscar dónde examinarse fuera de Cataluña.

Así podríamos continuar indefinidamente, hablando de diferencias y más diferencias entre unos españoles y otros. Diferencias en los impuestos que pagamos, diferencias en la gestión y asignación de ayudas a la dependencia, diferencias en los servicios de seguridad a los ciudadanos, diferencias en el acceso a la vivienda, diferencias en los sueldos y en el poder adquisitivo, diferencias en las comunicaciones e infraestructura de carreteras, etc., etc. Salir de nuestra comunidad puede convertirse en una aventura tan ardua o más como viajar a un país extranjero.

El profesor Javier Barraycoa abunda con mayor profundidad sobre las consecuencias derivadas del régimen constitucional del 78

En otros medios:

Periodista Digital

El Debate

La Tribuna del País Vasco

Navarra información

Próximamente:
  • Los grandes beneficiados del régimen autonómico
  • La lengua como arma del separatismo
  • ¿Es posible una alternativa al sistema autonómico?
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  3 COMENTARIOS
José Manuel Contreras

José Manuel Contreras Naranjo

25/10/2024 a las 21:22

Muchas gracias por vuestros comentarios. Sí, José, parece que VOX, de momento puede ser una luz al final del tunel, aunque queda un largo trecho por recorrer.

Desde luego que sí FerMar Mar, hay mucho de qué hablar. Y también mucho que leer (antes de hablar hay que formar el criterio). No sé si has llegado a leer el artículo completo, que es sólo el comienzo de lo que tengo previsto. Claro, teniendo en cuenta que no es más que un artículo.

No obstante, debemos reconocer que ninguno de los ejemplos que traes es comparable con España. Eso de que “Andorra y Portugal van bastante mejor desde que se separaron de España” es una manera muy impropia de hablar además de trasladar una grave inexactitud. Además, mezcla de una manera algo enrevesada y farragosa cuestiones que no vienen al caso. En fin, gracias por dedicarme su tiempo y le animo a que siga leyendo mis próximas reflexiones sobre el autonomismo que nos han colocado. Le agradezco también que ajuste sus comentarios a la publicación correspondiente.

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José Gómez Molina

25/10/2024 a las 10:22

Olo nos queda VOX o la mafia.

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FerMar Mar

24/10/2024 a las 13:14

Hay mucho de que hablar... Mucho sobre esto, en Alemania son Landers y no les va tan mal, en USA estados federales, Andorra y Portugal van bastante mejor desde que se separaron de España, y me quiere explicar Vd porque y a cuento de que la Cdad de Madrid es de una sola Provincia, Cdad de Murcia una sola también??? Porque si me quiero divorciar me obligan a estar con quien no me quiere, quiero decidir con quien quiero hacer mi camino.

Tiene sentido una monarquía parlamentaria en Siglo XXI
La solidaridad que parte de una Ibérica siempre radial tiene explicacion hoy en día, que sentido tiene la solidaridad si va y no vuelve.
Madrid como capitalidad es singular 100 %
Canarias tiene excepciones singulares incluso con el IVA
Los Fueros Vascos y Navarros, por razones históricas si algo más que singulars Principado de Asturias, también es singular o no tanto

Gracias por su escrito, pero no comparto todo
Una cosa es cierta, el coste de tanta Cdad autónoma es incalculable con Parlamentos, Diputados regional, asesores, etc y nos deja a todos con menos para Sanidad, Ley dependencia, Educación
Creo que se yo mejor lo k me hace falta en mi casa k desde 600 Kms

Un saludo